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| Leonardo Rivadeneira |
Las elecciones fracasadas que se dieron en la FEDESE es prueba de ello, un cargo al que se llega por la nueva Ley del Deporte, en la que hasta los alcaldes pueden optar al mismo. Por esa reglamentación, se designó al alcalde de Santa Elena como Presidente de la institución.
Eso define el cargo como nada independiente y bastante político por su estructura, ya que según la Ley del Deporte de los siete directores que la integran: dos son designados por el Ministerio del Deporte, uno por el Ministerio de Salud, uno por los alcaldes, uno por los deportistas y dos por las ligas cantonales.
Esperamos que esta actitud de triunfar en todo lo que se emprenda, no sea arma de doble filo, porque al tratar de satisfacer más necesidades de la que ya tiene en carpeta el burgomaestre, puede, sino se toma decisiones con sabiduría, convertirse en un bumerang que baje la popularidad del alcalde y se incremente el descontento ciudadano, ya que, si bien el presidente de la FEDESE es el que toma las decisiones, muchas de ellas van a depender de los fondos que reciban la institución.
Los deportistas, la ciudadanía amante del deporte y todos los que giran alrededor de FEDESE, esperan que esta nueva ley los beneficie definitivamente, y a su debido tiempo tengamos una variedad de atletas de alto nivel que den grandes satisfacciones a los peninsulares, situación que aún no se da, poco son los deportistas de esta provincia que destacan a nivel nacional .
Lo vergonzoso es el excesivo interés de ciertos dirigentes por aferrarse a estos cargos, que deben ser de servicio y no de lucro, debido a esa elección irregular, la FEDESE recibió como premio una intervención que se mantiene, afectando definitivamente a los deportistas, que son a larga quienes nos dan alegrías y satisfacciones con sus esforzadas actuaciones.
